2. Un horizonte marítimo mundial

Un horizonte marítimo mundial

En competencia con París, Lyon, Nantes, La Haya o Marsella, Burdeos ocupó un lugar central dentro del comercio colonial.

Después de la Revolución, las refinerías de azúcar de las Antillas seguían siendo numerosas y suministraban el 15 % del consumo europeo en la década de 1830, a lo que se añadía el negocio del ron. Entre 1840 y 1950, las firmas bordelesas se hicieron fuertes en Senegal, Gambia y Casamance, donde desarrollaron especialmente el cultivo de cacahuetes, destinado posteriormente a las cuatro fábricas de aceite de Gironda. Respecto al océano Índico, Burdeos, por detrás de Nantes, mantuvo relaciones con La Reunión (ron y azúcar) y, por detrás de Marsella, con Madagascar (casa Faure Frères). Los armadores y negociantes bordeleses se extendieron por Extremo Oriente: suministraban al cuerpo expedicionario de la Cochinchina, fueron los primeros en implantarse en Camboya y apoyaron el comercio girondino con Indochina (Denis frères). Las casas Bordes y Ballande (potente en Nueva Caledonia) estuvieron activas en el Pacífico: desde Valparaíso controlaban el comercio con Numea y eran las principales proveedoras de servicio regular con Tahití.

  

Muestra Luciline,
Recuerde que la exposición de Burdeos
Colección Museo de Aquitania
 

 

1. Burdeos se convirtió también en el principal puerto de transatlánticos con la línea Francia-Brasil (1857), la de las Antillas y, más tarde, la de Marruecos y las costas de África Occidental.  

 

2. Puerto de emigración. Entre 1865 y 1920, el puerto de Burdeos despide a más de 371 000 emigrantes, que parten en búsqueda de un futuro mejor a Estados Unidos y, sobre todo, América del Sur, concretamente Argentina. Proceden del gran suroeste francés, España, Italia en incluso de toda Europa, llegando a registrarse más de 27 nacionalidades diferentes.

 

3. Todas estas actividades repercutieron considerablemente en el puerto y la economía bordelesa puesto que, aparte de las industrias navales, este dinamismo permitiría desarrollar las industrias alimentarias. Gracias a los productos coloniales, surgen muchos talleres (conservas, galletas, chocolate…) e industrias para el refinado de azúcar, o la producción de aceite, licores, aperitivos o ron.

 

4. En los paludes de Bègles se instalaron secaderos de bacalao. La localidad llegó a convertirse incluso en el principal centro de producción de bacalao. Los pescadores vascos, bretones y normandos venían a descargar a Burdeos los pescados faenados en los bancos de Terra Nova o Islandia.

 

5. El esplendor de Burdeos se materializó también en las grandes exposiciones marítimas, universales, coloniales y nacionales de la época. Estas relaciones internacionales cultivaron un gusto por el exotismo y el arte colonial, dando lugar a un estilo de vida propio en Burdeos.

Barcazas en el puerto, postal, J-F Pre

Barcazas en el puerto, postal, J-F Pre