Burdeos, puerto|a del mundo: 1800-1939

Este nuevo espacio invita a descubrir las relaciones que la ciudad mantuvo con el mundo entre 1800 y 1939. A través de una nueva museografía, nutrida con vídeos y ambientaciones sonoras, varias obras recuerdan la riqueza del patrimonio bordelés: pinturas, esculturas, dibujos, objetos de arte y de la vida cotidiana, carteles, películas de época…
 
 
Un espacio dedicado a la época revolucionaria hace de transición con las salas abiertas en 2009: «Burdeos en el s. XVIII: comercio atlántico y esclavitud». A pesar de los estragos causados a principios de siglo por la pérdida de Saint Domingue y las guerras marítimas de la Revolución y del Imperio, las relaciones intercontinentales irán retomándose poco a poco.
 
El puerto se convierte en el motor de la economía bordelesa, con la realización de grandes obras, el desarrollo del comercio o la edad de oro del ferrocarril y de la industria naval… La actividad comercial bordelesa extiende su actividad hacia las Américas y Europa del Norte, y multiplica sus intercambios con las colonias: África del Norte y África subsahariana, las Antillas, Indochina, Nueva Caledonia y China. Este dinamismo repercute favorablemente en la economía bordelesa y propicia el desarrollo de la industria alimentaria gracias a los productos coloniales. Las calles de la ciudad, donde se codean mercaderes ambulantes, cargadores y artesanos, están en plena ebullición. La población obrera es numerosa debido a las instalaciones portuarias y a la diversificación de las industrias, que atraen a los inmigrantes. Por último, en Burdeos se emprenden importantes obras urbanísticas: apertura de grandes avenidas y de bulevares periféricos.